Se llama Mathieu Van der Poel y cualquier aficionado al ciclocross lo conoce ya de sobra. Tiene 23 años y corre en el Corendon-Circus que es, al mismo tiempo, un equipo de división Continental UCI y una escuadra puntera en la temporada invernal de barro. Y él es una verdadera fuerza de la naturaleza que a buen seguro va a dar muchísimo que hablar en un futuro próximo.
Van der Poel suele combinar la temporada de ciclocross con algunas pruebas en carretera. Precisamente ahora, a un mes de que comiencen las carreras de ruedas gruesas, el equipo ha estado en la Arctic Race de Noruega compartiendo pelotón con bastantes formaciones del WorldTour.
Y el bueno de Mathieu se ha llevado nada menos que dos etapas, además demostrando una pasmosa superioridad sobre todos sus rivales. El neerlandés ganó la primera como lo hacen los grandes: se situó en una posición privilegiada dentro del grupo que marchaba en cabeza, midió las distancias y cuando le pareció oportuno, atacó y los soltó a todos de rueda para llevarse la etapa.
Por si fuera poco, dos días más tarde su compañero Toupalik marchaba escapado en cabeza. Otro joven checo que también pinta muy bien. En esa ocasión Van der Poel hizo de secante. Aguantó al resto de rivales para tratar de dar oxígeno a su coequipier, que acabó ganando. Cuando lo vio a salvo, volvió a rematar al resto para entrar segundo. Y esta misma tarde ha vuelto a ganar otra etapa.
Todo esto llega después de haberse llevado la medalla de plata en el Campeonato de Europa de ruta, superado aquí sí por un velocista puro como Matteo Trentin. Van der Poel acumula nada menos que seis victorias en este 2018 y tiene toda una trayectoria deportiva por delante para seguir batiendo registros. En 2020, una vez acaben los Juegos de Tokyo, afirma que se centrará en la carretera. Entre él y Van Aert estamos ante la posibilidad de ver en el asfalto los mismos duelos que llevamos dos años viendo en el barro.
