La mejor ciclista del mundo correrá en el mejor equipo español. El Movistar Team confirmó los rumores de las últimas semanas y asestó un verdadero golpe de efecto en el mercado: Annemiek van Vleuten vestirá de azul las dos próximas temporadas. El fichaje de la campeona del mundo y de Europa multiplica por mil el potencial de la joven estructura telefónica.
Un poco de contexto: la sección femenina nació en 2018 bajo la bandera de la igualdad y en su breve historia suma solo once victorias de categoría UCI, únicamente seis fuera de España y ninguna en el World Tour. En cambio, la neerlandesa es la tercera ciclista en activo con más triunfos (72), solo superada por Marianne Vos, la mujer de todos los récords, y Kirsten Wild, las tres de Países Bajos, meca del ciclismo femenino.
Van Vleuten tiene algo que no tienen las demás. Gana como lo hacían los primeros grandes campeones, Fausto Coppi, Gino Bartali o Eddy Merxck, con ataques desde lejos y en solitario, un estilo que engancha. Y es que la explosión de Peluchen (así le llaman en su país) coincide con el auge del ciclismo femenino en todo el mundo. Está claro que tiene parte de culpa.

Campeona del mundo en línea el año pasado en Yorkshire con una cabalgada de 105 kilómetros, en su palmarés brillan dos Mundiales contrarreloj, dos Giros de Italia (la gran carrera femenina por etapas) o La Course del Tour, también por partida doble, entre otros grandes éxitos. A los 37 años (cumple 38 en octubre) no se ha cansado de ganar. Todo lo contrario. En 2020 ha levantado los brazos seis veces en solo nueve días de competición.
El secreto de Van Vleuten está en su devoción hacia la bicicleta y rigurosa profesionalidad. Pasa largas temporadas en altitud y en ocasiones se entrena con el equipo masculino del Mitchelton-Scott, donde reside desde 2016. Durante sus estancias en Sierra Nevada ya rodó con los Movistar: “Fue el primer equipo de chicos que me invitó a entrenar con ellos en días largos”, recuerda.
La neerlandesa ha firmado un contrato de unos 250000 euros por temporada, según publica El País, el salario medio de un buen gregario. No es por el dinero, es por salir de su “zona de confort” y por su atracción hacia otras culturas: “Siento como si tuviese sangre latina. Son gente que entrena duro, pero que también sabe divertirse. Y una ciclista feliz es mucho más fuerte”.