No es que sea la tarea más complicada del mundo, ni mucho menos, pero todos los que hemos subido a un rodillo de rulos sabemos que es un arte de esos que como mínimo tienen siempre «una primera vez». Hasta los ciclistas más curtidos tienen dificultades la primera vez que se suben. Y todos, por mucho que queramos negarlo, hemos tenido alguna situación comprometida sobre ellos. En muchos casos, caídas cómicas que acaban en carcajadas de todos los compañeros que acompañan nuestra sesión de entrenamiento o calentamiento.
Pues bien, este niño parece no tener ninguna dificultad ni miedo sobre el rodillo. Es más, se desenvuelve con más soltura que muchos veteranos. Alejado de cualquier apoyo o pared, este niño ya aprendido a montar sobre rodillo de rulos. Y esto, al igual que montar en bicicleta, ya no se olvida nunca.