Wade Simmons, el padrino del freeride

Wade Simmons, el padrino del freeride

Wade Simmons es conocido cariñosamente como uno de los padrinos de montaña freeride junto con Brett Tippie y Richie Schley.

Dos personajes míticos a quienes también, por cariño y justicia poética, ya les hemos dedicado sendos artículos previamente.

Porque fue uno de los primeros freeriders en ser patrocinado junto a Tippie y Schley. Ellos mostraron el camino de las nuevas generaciones de freeriders.

Wade Simmons nació un 20 de septiembre de 1973 en Kamloops, Columbia Británica, Canadá. La misma ciudad que vio también nacer a Tippie y al que él mismo tuvo como referente y posteriormente como cómplice de locas aventuras. Su primera bicicleta de montaña fue una Klein Pinnaclem ahí por el 87.

Grandes gestas

La más grande gesta que recordamos es cuando ganó la primera edición del Red Bull Rampage Utah 2001. Ese mismo año hizo segundo en el mismo Red Bull Rampage Australia.

Eso le sirvió para entrar con fuerza en la nueva escena del freeride y protagonizar algunas de las películas en VHS más laureadas, como la saga de New World Disorder, Drope In, Strength in Numbers, Ultimate Rush o la más reciente, en 2017, The Moment, donde podemos apreciar su estilo de pilotaje siempre elegante y fluido.

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Fiel a las marcas que lo apoyaron desde un principio, todavía hoy sigue enrolado en el equipo de la factoría de Rocky Mountain Bicycles con patrocinios duraderos como RaceFace.

Su nivel de diversión no ha disminuido

Actualmente es padre de familia, dos vástagos que le obligan a salir a montar de noche por las cercanías de North Vancouver.

Sigue amando el MTB, pero dejando el ego y las grandes gestas de antaño al margen. Ya no le gusta caer fuerte.

Ha besado mucho el suelo y ya no quiere tener esos grandes choques, solo divertirse encima de la bici en compañía de riders que tienen los mismos ideales sobre el ciclismo de montaña.

Ahora prefiere no estar tantos días fuera de casa y guardar su privacidad. No lo verás activo en redes sociales porque directamente prefiere vivir la vida que perder el tiempo contándola a través de un teléfono.

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