Durante la segunda semana, la rutina de hacer las fotos con carrete de película analógica se había convertido en algo normal. Durante nuestras etapas diarias de entre 30 y 50 km, se sucedían incontables momentos para ser capturados, pero el hecho de disponer de un limitado número de carretes hacía que valoráramos más cada momento antes de ser inmortalizado.
De hecho, durante la ruta no supimos si habríamos conseguido buenas fotos de los increíbles senderos de los Alpes o de la cabaña de la familia Hauser, y cada disparo del obturador era una apuesta que finalmente dio sus frutos.
Lejos de casa
El proyecto WANDER fue concebido inicialmente como un experimento para probar nuevos productos de la nueva marca ACRE de Mission Workshop, en un entorno real donde pudieran ser exprimidos al máximo. Pero evidentemente también queríamos conseguir buenas fotos, sin que ello interfiriera con el objetivo principal del viaje. Al final llegamos a la conclusión de que documentar el viaje con película, en lugar de con cámaras digitales, sería la opción más adecuada, lo que haría concentrarnos más en el riding y las pruebas que en realizar fotos cada 5 minutos. El número limitado de carretes y la imposibilidad de ver las imágenes inmediatamente en un visor nos dejaba más tiempo libre para disfrutar de la ruta y buscarle fallos a los productos. Los riders ya no estaban obsesionados en conseguir tantas fotos y perdían el interés en las cámaras, ya que no podían previsualizar los momentos inmortalizados…
Cuando pedimos a Dan Barham, uno de los fotógrafos Seniors de la revista BIKE de USA, que fuera nuestro periodista para el viaje, no sólo aceptó el reto, sino que se lo tomó muy en serio y comenzó enseguida con el primer obstáculo de encontrar las cámaras más adecuadas para el objetivo que teníamos en mente. Los inconvenientes de usar película eran obvios: no veríamos ninguna foto hasta que reveláramos los carretes a la vuelta. Quizás la cámara había fallado sin darnos cuenta. La película podría estar en mal estado o dañada en el aeropuerto. Quizás volveríamos de 2 semanas de viaje sin ninguna imagen aprovechable. Por suerte para nosotros, los dioses estuvieron de nuestra parte esta vez…