Valiente apuesta de la marca de Colorado y necesaria para la tan preciada evolución del sector, con una gran inversión en I+D y en colaboración con los ingenieros de FOX en pro de encontrar plataformas de pedaleo cada
vez más eficientes a la vez que exclusivas. La primera vez que ves esta bici de cerca entiendes por qué los ingenieros de Yeti llevan tantos años desarrollándola en la oscuridad, trabajo silencioso y sin filtraciones, conjuntamente con los ingenieros de FOX. Es inimitable, nos referimos claro está al sistema Switch Infinity
que alberga en las entrañas del cuadro. Pero antes de nada no dejaremos que el sistema quite protagonismo a la bici. La SB5 C es la nueva apuesta de Yeti por realizar una bici puramente trail, de 127 mm de recorrido trasero, un lanzamiento de pipa de 67°, ruedas de 27,5” y un cuadro íntegramente en carbono tratado con un mimo abusivo.
Mimo en los acabados
No hay resquicio a la improvisación. Si te fijas en cada uno de sus recodos, te das cuenta de la calidad que atesora cada uno de los elementos del cuadro, desde el logo de la marca en la pipa hasta el protector del cuadro. eso, está claro, tiene un precio. El cuadro de la Yeti está ya disponible desde agosto, con un precio recomendado de 2.990 euros para cuadro y amortiguador. La versión que nosotros hemos tenido la ocasión de probar en primicia en nuestro país es la segunda de a bordo, el kit de montaje con X01, cuyo valor asciende a los 6.495 euros. El montaje tope de gama con XX1 y ruedas Enve todavía está por confirmar el precio. Lo que sí sabemos es que a mediados de noviembre ofrecerán una versión más económica montada con SRAM que rondará los 4.990 euros. Una bici con personalidad, con unas líneas redondas y vigorosas en su característico color turquesa para un cuadro que emplea un pedalier Press Fit 30, dirección tapered, posibilidad de instalar desviador y guiacadenas. Cuadro y basculante están realizados íntegramente en carbono, para lograr un buen peso incluyendo el amortiguador trasero, de tan sólo 2.321 g.
El guiado de cableado es externo, conducido a través del interior del cuadro, bajo el amortiguador. No nos ha gustado el paso de los latiguillos de cambio y freno trasero entre la bieleta trasera del amortiguador, que prevemos que por la opresión y el constante movimiento se pueden desgastar más prematuramente. No obstante, no lo hemos notado en marcha, todo funciona con suavidad, pero nos gustaría ver cómo evolucionaría en una prueba de larga duración. De momento le damos un voto de confianza y seguimos acumulando kilómetros sin problema. Nos encantan cómo han integrado protectores de salida de cadena en la vaina trasera derecha. Lo mejor que te puede ocurrir al subir a una bici es que te familiarices rápidamente con su geometría. En este caso, su pedalier bajo (340 mm), su tubo superior largo (585 mm), combinado con una potencia Thomson corta ( 70 mm), y unas vainas traseras compactas hacen que nos sintamos como en casa.